Algunas veces cuando vuelvo a casa
encuentro en algunas esquinas de la noche
a un tipo que a lo lejos me sonríe.
Parece guardar un secreto.
Cuando al fin me acerco, me hace un corte de mangas
y sale por patas.
Hace unos años empezó a revolotear en mi cabeza una idea que complicó enormemente mi vida: me apetecía plasmar en un disco las canciones que de vez en cuando cantaba con los amigos.
Eran unan canciones sencillas que yo tocaba, más o menos como ahora, con una guitarra justita de virguerías y amplia en deseos rítmicos.
Con la llegada a los ordenadores caseros de la tecnología que permitía grabar con una buena calidad de sonido, e incluso obtener copias en cd, estas canciones comenzaron a sonar en los altavoces de elotrolao de la calle liszt. En muchas de estas canciones la colaboración de amigos que ponían su arte en forma de guitarra y voces se dejaba notar con calidad, fuerza y cariño.
El complicado proceso de grabación y mi dedicación a otros proyectos hicieron que este cd se viera constantemente retrasado. aquella idea que revoloteaba en mi cabeza se tornaba por momentos pesadilla: había que matarla. fue entonces cuando puse en marcha el tren de elotrolao, esta vez en doctor pagés, y me decidí a rematar de una vez por todas la grabación de estas canciones que inicié con simpatía y terminaron convirtiéndose en mis cuentas pendientes.
Ahora que ya se puede pulsar play y escuchar el cd completo hay una gran parte de mi disco duro mental que se ha quedado vacía. es momento entonces de formatear y esperar que una nueva idea venga a complicarme la vida.
José Luis Lozano febrero 2002