Durante unos años tuve la oportunidad de vivir en Tarifa.
Fue una fuga de una gran ciudad acelerada a unos tempos sureños más sosegados. Guardo de buena parte de ese tiempo un grato recuerdo en mi memoria entre el salitre y las levanteras. Para moverme por Tarifa y sus alrededores aprendí a manejar y poner en práctica la utilidad del coche. Descubrí que es un buen sitio para escuchar música. De los mejores por el pequeño espacio y la soledad de la carretera.
Durante aquellos años, escuchaba cientos de veces el disco homónimo de El Tío Carlos. Me sentía un auténtico privilegiado al vivir en aquellas latitudes. Hoy ese disco ha cobrado un nuevo significado. El significado de la nostalgia, del anhelo de aquellos atardeceres, de la amabilidad y la simpatía de sus gentes, del mar, la arena de playa y sus paseos infinitos mojando los pies.
En estos días he bajado de nuevo al sur. He vuelto a respirar el olor a mar, he saboreado las croquetas de choco, visitado y compartido un ratito con viejas amistades, abrazado por fin a artistas admirados y llenado de sentido otra vez aquella preciosa canción de El Tío Carlos titulada simplemente Cái.
EL TIO CARLOS – Cai
Luces de color
se encienden sobre
y a mi alrededor
cuando me miras
Vamonos niña hacia el sur
primero en sueños luego en autobús
No sé si mañana podre esperar
jugar con la arena,
jugar con la arena
a bañarte en el mar
Dicen que el amor
allá se vive en todo su esplendor
se saborea,
nunca sabremos si es verdad
si no lo vamos a comprobar
No sé si mañana podré esperar
coge las mochilas
ponte la mantilla
nos vamos pa’llá,
nos vamos pa’llá
Cai!
Alfombrada de pipas y de caracolas
una luna colgada en cada farola
bañando las calles de luz y de azahar
El poniente viene y levanta una ola
y le obliga a bailarse una soleá
un niño la mira,
sonríe, suspira,
se pone a cantar
se pone a cantar
Cai! Cai!
Donde el tiempo no existe
y la arena dora
el perfil divino de tu soleá
Los buses no llegan nunca a la hora
no tiene sentido ir a otro lugar
las esperanzas mueren,
las esperanzas mueren
pa’ que los sueños se hagan por fin realidad
Cai! Cai! Cai!